03 Mar 2020 Reportaje Nature Action

El brote de COVID-19 es un recordatorio de las amenazas que enfrentan los ecosistemas y la vida silvestre

Las enfermedades transmitidas de animales a humanos van en aumento en el mundo mientras continúa la destrucción sin precedentes de hábitats silvestres. Los científicos sugieren que la degradación ambiental puede acelerar la diversificación y los procesos evolutivos de las enfermedades, ya que los patógenos se propagan fácilmente al ganado y los humanos.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) reportó que un animal fue probablemente la fuente de la enfermedad del coronavirus 2019 (COVID-19), que ha infectado a decenas de miles de personas en todo el mundo y está afectando la economía mundial.

Según la OMS, los murciélagos son el portador más probable del COVID-19, pero es posible que el virus se haya transmitido a los humanos desde otro huésped intermedio, ya sea un animal doméstico o un animal silvestre.

 

Los coronavirus son de transmisión zoonótica, lo que significa que se contagian de animales a personas. Investigaciones anteriores encontraron que el Síndrome Respiratorio Agudo Severo se transmitió de gatos de civeta a humanos y que el Síndrome Respiratorio de Medio Oriente se contagió a través de camellos.

"Debería evitarse el consumo de productos de origen animal crudos o poco cocinados. Los órganos de animales, carne y leche crudos deberían manipularse con cuidado para evitar que se contaminen por contacto con productos crudos, siguiendo las buenas prácticas en relación con la inocuidad alimentaria", dijo la Organización Mundial de la Salud en un comunicado.

La declaración se produjo unos días antes de que la legislatura de China tomara medidas para frenar el comercio de vida silvestre y el consumo de todos los animales silvestres. Los detalles completos están disponibles en el sitio web del Comité Permanente de la XIII Asamblea Popular Nacional (en chino).

"Los seres humanos y la naturaleza son parte de un sistema conectado. La naturaleza proporciona alimentos, medicinas, agua, aire limpio y muchos otros beneficios que han permitido que las personas prosperen", dijo Doreen Robinson, jefa de Vida Silvestre del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA)

"Tenemos que entender cómo funciona este sistema para no sobrepasar sus límites y enfrentar consecuencias cada vez más negativas", añadió.

El Informe Fronteras 2016 del PNUMA advirtió de que las zoonosis amenazan el desarrollo económico, el bienestar animal y humano, y la integridad de los ecosistemas. En los últimos años, varias enfermedades zoonóticas emergentes llegaron a los titulares mundiales porque causaron o amenazaron con causar grandes pandemias. Estos incluyen el Ébola, la gripe aviar, la fiebre del Valle del Rift, el virus del Nilo Occidental y la enfermedad por el virus del Zika.

Según el reporte, en las últimas dos décadas, las enfermedades emergentes han tenido costos directos de más de US$ 100.000 millones, una cifra que ha llegado a ser de billones de dólares cuanto los brotes se han convertido en pandemias.

Desde el punto de vista de la comunidad ambiental, es importante abordar las múltiples amenazas que a menudo interactúan con los ecosistemas y la vida silvestre para evitar la aparición de enfermedades transmitidas por los animales, incluida la pérdida y fragmentación del hábitat, el comercio ilegal, la contaminación, las especies invasoras y, cada vez más, el cambio climático.