17 Jun 2019 Reportaje Nature Action

La restauración del ecosistema de matorral en Sudáfrica promete grandes beneficios

Cuando las cabras en su granja no tenían nada más que comer, el suelo se había erosionado y la mayor parte de la vegetación había sido destruida, el granjero sudafricano Pieter Kruger tuvo que tomar una de las decisiones más difíciles de su vida. "Siempre he sido un agricultor", dice, "pero en ese momento en 2007, sabía que no podía continuar. No había más agua. Zandvlakte era la última granja en el valle de Bavianskloof, y el río se había secado antes de que llegara allí".

Pieter, renuente, renunció a la cría de cabras y se embarcó en el programa Trabajar para el Agua (Working for Water), un esfuerzo piloto del Gobierno para restaurar las cuencas hidrográficas degradadas.

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Durante los próximos tres años, él y un equipo de más de 100 trabajadores plantaron 1.500 hectáreas de su finca con millones de brotes de un árbol nativo llamado Portulacaria afra, conocido como arbusto elefante, que puede crecer bien incluso en condiciones secas.

"Nunca me arrepentí de esa decisión", dice Kruger. "Los árboles ahora están bien establecidos y en la gran inundación de este año logramos que la escorrentía de agua penetrara el suelo, en lugar de arrasar con la capa superior”, explica.

En las zonas montañosas, los arbustos pueden crecer incluso en pendientes pronunciadas. Absorben la humedad rápidamente y pueden almacenarla durante meses. Durante una sequía, los bosques de Portulacaria afra pueden servir como las últimas áreas de pastoreo y estancia para la vida silvestre y el ganado cuando todo lo demás se ha marchitado.

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La Portulacaria afra es un árbol pequeño y suculento originario de la región del Cabo Oriental de Sudáfrica. Se puede cultivar fácilmente a partir de estacas, las cuales pueden sobrevivir incluso en condiciones secas. Foto de Tim Christophersen/Florian Fussstetter/ONU Medio Ambiente.

La necesidad de reducir la presión del pastoreo

El arbusto elefante, que absorbe dióxido de carbono de la atmósfera más rápido que la mayoría de otros árboles en condiciones secas, domina el ecosistema de matorral que hasta hace unos 200 años solía cubrir hasta 5 millones de hectáreas en las zonas secas del Cabo Oriental, cuando comenzó el pastoreo excesivo de cabras y ovejas.

“La Portulacaria afra es una planta increíble. Puede echar raíces y volver a crecer solo a partir de simples cortes de árboles existentes. Puede reformar rápidamente el suelo porque arroja continuamente muchas hojas, lo cual ayuda a acumular carbono orgánico en el suelo", explica el ecologista Anthony Mills, quien ha publicado muchos artículos sobre el ecosistema subtropical de Sudáfrica, uno de los biomas menos conocidos del país.

El Gobierno sudafricano considera que la restauración de matorrales es una de las formas más efectivas de avanzar en el cumplimiento de los objetivos nacionales de clima y biodiversidad, y reconoce que las inversiones privadas son clave. En 2007 comenzó lo que posiblemente sea uno de los experimentos ecológicos más grandes del mundo. "Hemos estudiado esto a fondo, y creemos que hay grandes oportunidades para las inversiones en restauración de ecosistemas en Sudáfrica", dice Christo Marais, director en jefe del Departamento de Asuntos Ambientales, que dirige el programa.

El objetivo es restaurar un área de matorrales de más de un millón de hectáreas, casi 200 veces el tamaño de Manhattan, lo cual proporcionaría trabajo e ingresos a miles de personas durante varios años.

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Foto de Tim Christophersen/Florian Fussstetter/ONU Medio Ambiente

Uno de los próximos pasos para ampliar la restauración podría ser establecer mercados de carbono -donde los gobiernos, las empresas o los individuos compren créditos de carbono a cambio de plantas y árboles en crecimiento- y granjas ganaderas, donde se pueden replantar varios miles de hectáreas con el arbusto elefante y donde los ingresos por créditos de carbono se pueden combinar con otras fuentes de ingresos.

"A los granjeros les gusta mirar por encima de la cerca y ver lo que hace su vecino. Tener grandes parcelas de demostración en las granjas existentes es importante para correr la voz de que convertirse en un productor de carbono puede valer la pena, tanto para restaurar la tierra como para obtener un rendimiento decente de la tierra", dice Pieter Kruger.

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En primer plano, una de las 330 parcelas de demostración para la replantación de matorral con Portulacaria afra en el Cabo Oriental. En el fondo, los pocos árboles de ciruelo que quedan (Pappea capensis) en tierras degradadas, un indicador del antiguo ecosistema de matorral que podría ser replantado. Foto de Florian Fussstetter / ONU Medio Ambiente

"Nos estamos quedando sin tiempo para la acción por el clima y la biodiversidad, y se deben explorar con urgencia oportunidades a gran escala como la restauración de matorrales en Sudáfrica", dice Tim Christophersen, director de la Subdivisión de Agua Dulce, Tierra y Clima de ONU Medio Ambiente y presidente de Asociación Global sobre Restauración del Paisaje Forestal.

"Nos gustaría apoyar al Gobierno de Sudáfrica y otros socios, como Living Lands y Commonland, para que se den cuenta del potencial de la restauración de matorral del Cabo Oriental a medida que se acerca la Década de las Naciones Unidas para la Restauración de los Ecosistemas 2021-2030", añadió.

Esta Década, un llamamiento mundial a la acción, aunará el apoyo político, la investigación científica y la capacidad financiera para ampliar en gran escala la restauración, a partir de iniciativas piloto exitosas hasta abarcar zonas de millones de hectáreas. La investigación científica demuestra que más de 2.000 millones de hectáreas de paisajes deforestados y degradados en el mundo cuentan con potencial para la restauración.

El Día Mundial de Lucha contra la Desertificación y la Sequía (17 de junio), liderado por la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación, destaca la necesidad urgente y los beneficios de la restauración de la tierra. Con los incentivos fiscales correctos, la restauración de la tierra y la "neutralidad de la degradación de la tierra" pueden marcar una gran diferencia en las vidas y los medios de vida de millones de personas en todo el mundo.