• Resumen

La Secretaría Nacional de Energía (SNE) y el Ministerio de Ambiente (MiAmbiente) de Panamá presentaron la Estrategia Nacional de Movilidad Eléctrica, una iniciativa para impulsar el transporte bajo en emisiones y contribuir al cumplimiento de los compromisos climáticos de Panamá en el Acuerdo de París.

La estrategia propone medidas en cuatro áreas fundamentales -gobernanza, normativa, sectores estratégicos y educación-, así como la creación de un marco legal que desincentive el uso de los vehículos de combustión fósil y estimule la introducción en el mercado de los vehículos eléctricos para el transporte privado y público (selectivo o masivo).

De cumplirse lo estipulado en esta hoja de ruta nacional, se habilitarían las condiciones para alcanzar las siguientes metas en el año 2030:

  • 10-20% de los vehículos privados serán eléctricos.
  • 25-40% de los vehículos privados vendidos ese año serán eléctricos.
  • 15-35% de los autobuses serán eléctricos.
  • 25-50% de los vehículos de flotas públicas serán eléctricos.

A solicitud de MiAmbiente y la SNE, ONU Medio Ambiente y el Comité Panameño del Consejo Mundial de Energía (WEC Panama, por sus siglas en inglés) coordinaron la elaboración del documento de estrategia durante una serie de talleres, reuniones y consultas con actores principales del sector de la movilidad urbana y el sector energético para lograr un producto consensuado que permita una transición armónica y conveniente hacia la movilidad eléctrica.

La estrategia contempla la necesidad de desarrollar la infraestructura y las condiciones de comercialización y operación necesarias para la movilidad eléctrica, y la creación de mecanismos financieros que garanticen este proceso de manera sostenible. A su vez, ayudará al país a reportar avances en materia de acción climática y a aumentar la ambición de sus compromisos en las nuevas rondas de negociación para el cumplimiento del Acuerdo de París.

Según estimaciones de ONU Medio Ambiente, si la totalidad de la flotilla actual de buses y taxis en la Ciudad de Panamá fuera reemplazada por vehículos eléctricos, se ahorrarían casi 500 millones dólares en combustibles para 2030 y se evitarían las emisiones de 8.5 millones de toneladas equivalentes de dióxido de carbono (CO2eq). Además, se ayudaría a evitar la muerte prematura de más de 400 personas debido a enfermedades respiratorias asociadas a la calidad del aire.

El proceso para la elaboración de este documento, que inició en agosto de 2018, se basó en una metodología estandarizada creada por ONU Medio Ambiente a través de su plataforma MOVE, una iniciativa financiada por el Programa EUROCLIMA+ de la Unión Europea. Esta metodología está siendo replicada en otros países de la región, tales como Argentina, Colombia y Paraguay.

Actores del sector público y privado a nivel nacional participaron en las discusiones que dieron forma a esta estrategia, entre ellos destacan: la Autoridad del Canal de Panamá (ACP), la Asociación de Distribución de Automóviles de Panamá (ADAP), el Municipio de Panamá, MiBus, ENSA, la Universidad Tecnológica de Panamá (UTP), la Autoridad de los Servicios Públicos (ASEP), BYD, ABB Panama, el Instituto Nacional de Formación Profesional y Capacitación para el Desarrollo Humano  (INADEH), TRASERVI, Banco General, ASSA,  Bavarian Motor, Honda Panama, Celsia, la Casa de las Baterías, Naturgy, el Panama Green Building Council (PGBC), Electrobike y el Instituto Técnico Superior Avanzado, entre otros.